7 aprendizajes en 7 años de lectura, escritura y vida. – Maria Popova
Reflexiones sobre
cómo mantener el centro sólido mientras continúa evolucionando.
En Octubre 23, 2006, envié un corto mensaje a pocos amigos en el
trabajo – uno de los cuatro trabajos que tenía mientras pagaba mi universidad –
con el asunto: “cosechas cerebrales”, anunciando mi intención de comenzar un
resumen semanal ofreciendo cinco cosas estimulantes para aprender, desde un
avance en neurociencias hasta una pieza de poesía atemporal. Su lectura no
debería tomar más de 4 minutos – con suerte mucho menos, prometí.
Este fue el comienzo de Brain Pickings. En ese momento, no planeaba ni anticipaba que
este pequeño experimento un día sería incluido en el archivo digital de la
Librería del Congreso como “materiales de importancia histórica” y los pocos
amigos se convertirían en millones de lectores mensuales alrededor del mundo,
que van desde un estudiante de colegio holandés que me escribió esta mañana
hasta mi abuela de 77 años en Bulgaria, hasta la persona en Wisconsin que me
envió un estr údel por correo la semana pasada.
(Gracias!) Sobre todo, no tenía idea que en los siete años siguientes, esta
labor se convertiría en mi mayor alegría y más profunda fuente de crecimiento
personal, mi vida y mi vivir, mi sentido de propósito, mi centro.
Mirando hacia
atrás hoy, las miles de horas que he invertido investigando y escribiendo Brain
Pickings y las incontables horas colectivas de lectores que ha germinado –
un fracaso que induce una sonrisa frente a la promesa de los cuatro minutos- se
hace un nudo en la garganta con gratitud por el privilegio de este viaje, por
sus recompensas inmensas de corazón, mente y espíritu, y por todas las
elecciones a lo largo del camino que lo hicieron posible. Con frecuencia me
piden consejo para las personas jóvenes que están comenzando sus propios viajes
de auto-descubrimiento, o aquellos reorientando su llamado en cualquier etapa
de sus vidas, y aunque me siento sin cualificación para dar “consejo” en ese
sentido omnisciente, universalmente sabio que el mundo implica, hay siete
aprendizajes en siete años de tomar esas decisiones, de integrar “trabajo” y
vida en tal fusión inextricable, y en la crónica de este viaje de corazón,
mente y espíritu – un viaje que tomó, por cualquiera que sea la razón bendita y
humilde, tantos otros a lo largo del camino. Comparto esto aquí no porque
aplique para cada vida y ofrezca alguna clase de plan para la existencia, sino
con la esperanza de que pueda beneficiar su propio viaje en alguna pequeña
forma, lo acerque a su propio centro o incluso simplemente le invite a
reflexionar sobre su propio sentido de propósito.
1. Permítase el lujo incómodo de cambiar de
opinión
Cultive esa
capacidad de “capacidad
negativa”. Vivimos en una cultura donde una de las mayores desgracias
sociales es no tener una opinión, así que con frecuencia formamos nuestras
“opiniones” basados en impresiones superficiales o ideas prestadas de otros,
sin invertir el tiempo y el pensamiento que requiere el cultivo de una
convicción verdadera. Es enormemente desorientador decir simplemente “No sé”.
Pero es infinitamente más gratificante comprender que tener la razón – incluso
si eso significa cambiar de opinión sobre un tema, una ideología o sobre todo
usted mismo.
2. No haga nada solo por prestigio o estatus o
dinero o aprobación
Como Paul Graham
observó, “el prestigio es como un imán poderoso que deforma incluso sus
creencias sobre lo que disfruta. Le hace trabajar no en lo que le gusta, sino
en lo que le gustaría que le gustara.” Esos motivadores extrínsecos están bien
y pueden hacerlo sentir feliz en el momento, pero finalmente no lo hacen
levantarse emocionado cada mañana ni ir a dormir en la noche con la sensación
gratificante – de hecho, pueden con frecuencia distraerlo y desviar su atención
de las cosas que si ofrecen esas recompensas profundas.
3. Sea generoso
Ser generoso con
su tiempo y sus recursos y con dar crédito y, especialmente con sus palabras.
Es mucho más fácil criticar que celebrar. Siempre recuerde que hay un ser
humano en el otro lado de cada intercambio y detrás de cada artefacto cultural
siendo criticado. Comprender y ser comprendido, están entre los mayores dones
de la vida, y cada interacción es una oportunidad de intercambiarlos.
4. Construya bolsillos de quietud en su vida
Medite. Camine.
Vaya en bicicleta sin rumbo particular. Hay un propósito creativo para soñar
despierto, incluso para el aburrimiento. Las mejores ideas llegan a nosotros
cuando detenemos activamente el tratar de convencer a la musa para que se
manifieste y dejar que los fragmentos de experiencia floten en su mente
inconsciente con el fin de crear nuevas combinaciones. Sin esta etapa esencial
de procesamiento inconsciente, el flujo completo del proceso creativo es roto.
Lo más importante, el sueño. Además de ser el afrodisiaco creativo por
excelencia, dormir también afecta cada momento de vigilia, dicta nuestro ritmo
social e incluso interviene en nuestros estados de ánimo negativos. Sea tan religioso y disciplinado con su sueño
como lo es con su trabajo. Tendemos a usar nuestra habilidad de sobrevivir con
poco sueño como una clase de insignia de honor que valida nuestra ética de
trabajo. Pero lo que es realmente es una falta profunda de auto-respeto y de
prioridades. ¿Qué podría ser más importante que su salud y su cordura, de donde
todo lo demás brota?
5. Un consejo famoso de Maya Angelou: cuando las
personas le digan quiénes son, créales. Igual de importante, sin embargo,
cuando las personas traten de decirle quién es usted, no les crea.
Usted es el único
custodio de su propia integridad y de las suposiciones hechas por aquellos que
no comprenden quién es usted y lo que representa, revelan mucho más sobre ellos
mismos y absolutamente nada sobre usted.
6. La presencia es un arte mucho más intricado y
gratificante que la productividad
La nuestra es una
cultura que mide nuestro valor como seres humanos por nuestra eficiencia,
nuestros ingresos, nuestra habilidad para llevar a cabo esto o aquello. El
culto de la productividad tiene su lugar, pero la adoración diaria en su altar
nos priva de la capacidad de alegría y maravilla que hace que la vida valta la
pena – como Annie Dillar memorablemente lo expresó, “como pasamos nuestros
días, es por supuesto, como pasamos nuestras vidas.”
7. “Espere que cualquier cosa que valga la pena
tome un largo tiempo”
Esto es prestado
de la sabia y maravillosa Debbie Millman, pues es difícil capturar mejor algo
tan fundamental y al mismo tiempo tan ignorado impacientemente en nuestra
cultura de la inmediatez. El mito del éxito de un día para otro es solo eso –
un mito- como también un recordatorio de que nuestra definición de éxito
presente necesita una resintonización seria. Como he reflexionado, la flor no
va de capullo a floración en una explosión llena de energía y como cultura, no
estamos interesados en el tedio del florecer. Pero allí es donde toda la magia
real se despliega en la creación del carácter y del destino.
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