Las francesas felices...

De acuerdo con el estudio cualitativo de la reportera Rebeca Plantier, las mujeres francesas tienen una manera peculiar de verse bien sin esfuerzo alguno: “Ser esbeltas sin dieta. Ser atractivas si son o no ‘bonitas’. Tener confianza en ellas mismas sin avergonzarse de ello. Vivir bien sin un exceso desmedido. Disfrutar calidad sin importar la cantidad”. Es decir que, muchas de ellas, tienen esta increíble capacidad de amor y respeto propio.  
Pero, ¿cómo sucede eso?, ¿qué es lo que las francesas tienen que nos hace falta a las otras mujeres del mundo?

Hay expertos en el tema que afirman que son diversos factores que forman la felicidad de una persona: la educación, las diferentes vivencias, la motivación, el calabozo de los pensamiento, entre otros. De acuerdo con el psicólogo Erich Fromm (1900-1980), la felicidad no se trata un golpe de alegría esporádica, sino de una realidad: de una experiencia auténtica y verdadera de lo que se es. Es la esencia de una persona, no su apariencia. Él solía decir que:
Ser significa renovarse, crecer, dejar fluir, amar, trascender de la prisión que uno se impone, mostrarte curioso, proveer. […] Las estructuras vivas sólo pueden ser si se convierten; sólo pueden existir si cambian. El cambio y el crecimiento son cualidades inherentes al proceso de la vida.

Al leerlo, suena lógico y motivante. No obstante, a veces no sabemos cómo llegar a ser; es decir que tenemos el objetivo pero no los pasos para alcanzarlo. Por ello, te compartimos trece consejos que pueden ayudarte a generar ese respeto y amor que toda persona merece:
- Saca el máximo provecho de tu guardarropa: Muchas mujeres son reconocidas por su distinguido estilo de vestirse, y no necesariamente por cambiar de guardarropa cada dos semanas. De alguna manera, descubren qué estilo es el mejor para ellas. Y se quedan con eso, agregándole a veces algún toque diferente según las temporadas.
- Practica rituales placenteros: Estar más consciente de aquellas actividades diarias que olvidamos por las prisas: cuando nos bañamos, al ponernos crema, los masajes, etcétera. No importa cuán ocupada te encuentres, al disfrutar de esos momentos diarios, notarás la diferencia. Además, probablemente, al sentirte bien, te verás aún mejor.
- No castigues a tu cuerpo: Muchas veces nos enseñan que sin dolor, no habrá ganancia; no obstante, ¿quién dijo que eso era vital en nuestras vidas? Si vas a hacer alguna actividad, al menos que te haga sentir bien. Por consiguiente, se generará un efecto positivo tanto en tu cuerpo como en tu bienestar (incluido el sexo).
- Acepta tu apariencia física: La felicidad no depende de las medidas perfectas de 90-60-90. Realmente depende de la manera en que te sientas dentro de tu cuerpo.
- Disfruta del placer que otorga la comida: Sí. Gozar de la comida (y de otros placeres) es fundamental en el proceso de la felicidad. Incluso, hay estudios que demuestran que, al disfrutar al máximo un platillo, saciarás el hambre y comerás en moderación. Dicen por ahí que la manera de disfrutar la comida, es la manera en que también disfrutas del sexo.
- Respeta tu cuerpo: La filosofía tántrica impone un solo principio, y es el considerar a tu cuerpo como un sabio santuario. Si el cuerpo te demanda un poco de sueño, proporciónaselo; una comida en específico, acéptalo. La completa privación no existe en una vida basada en la felicidad.
- Siéntete bien: No importa si estás de prisa, vístete y péinate. Una parte de sentirse bien implica el verse bien.
- ¡Sé auténtica!: Atrévete a ser tú, aunque sea sutilmente. Utiliza uno que otro accesorio que exprese tu individualidad.
- Usa lo que tienes y no lo que quieres: No esperes a perder esos “kilos de más” o a que te crezca ese corte de cabello. Haz un esfuerzo en utilizar lo que tienes a tu beneficio. Verás que si te sientes y te ves bien.
- Disfruta ser tú al natural: con el mínimo de maquillaje: sin peinados complicados, un lápiz de labios, un poco de perfume. Y ya.
- No permitas que la edad te detenga a seguir viviendo bien: En muchos países, las mujeres de cierta edad dejan de considerarse seductoras; no obstante, los contraejemplos sobran: Isabelle Hupert, Isabelle Adjani, Juliette Binoche, Ignes de la Fressange.
- Agradece por las pequeñas cosas: No importa si es una taza de chocolate en la cena, o una vista asombrosa mientras caminas hacia el trabajo: es más bien tener la capacidad de apreciar las cosas mínimas pero maravillosas de la vida.
- Disfruta la vida: Encuentra aquello que te apasiona, y trata de no gastar tanto tiempo en aquello que te bloquea. Enfócate en lo que amas.
Recuerda que el amor y la felicidad son actividades dirigidas hacia los demás y hacia uno mismo. Implica cuidar, conocer, responder, afirmar, disfrutar de la persona, de la planta, de la idea. Significa un proceso de renovación y crecimiento.

Tomado de Vivelo g m

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