Reflexiones libro de Anita Moorjani - Magnificencia

Comprender nuestra MAGNIFICENCIA: Una forma de ser

Encarno mi poder y tomo mi camino. Ya soy lo que trato de lograr, ya soy perfecta, no hay nada que “corregir” ni perdonar.

Todos tenemos la fuerza magnificente y mágica en cada una de nuestras células, es un estado se ser interno, somos una corriente Universal. No tenemos que probar nada para acceder a ella, porque somos lo mismo.

La sanación llega cuando vemos nuestra propia magnificencia y nos damos cuenta que somos uno con el Universo. Si tenemos la consciencia de que no somos creaciones separadas, nos permite actuar desde la fuerza, amor y coraje.

Merecemos amor ahora, sin condiciones. Una vez lo comprendamos, será más espontáneo amar a otros.

Reconocer e integrar cada parte nuestra como espléndida: ego, intelecto, cuerpo y espíritu.

El ser real es infinito y poderoso, no se daña de ninguna forma. Tengo todos los recursos que necesito, soy Uno con la energía Universal.

Al juzgar mis emociones, trato de negar o suprimir una parte mía que juzgo como “mala”. Esto crea un bloqueo que me impide expresarme totalmente.

Sólo aceptar sin engancharse, dar la bienvenida a la totalidad de lo que somos. Sentirme en casa, sin deseos de salir corriendo, experimentar las diferentes partes del ser que soy.

Nos expresamos a través de nuestros valores y creencias, pero somos algo mucho más grandioso

Promover mi comprensión de mí misma como un ser magnífico e infinito. Permitirme recibir mi magnificencia auténtica que se expresa “pasando” a través de mi cuerpo.

Conectar con la Fuente, volverme la Fuente y que la Fuente se convierta en mí. Al percibirme como un ser infinito, lo físico se cuida por sí mismo: es un reflejo de mi alma.

La confianza en mi divinidad se manifiesta soltando mis apegos, es una forma de sanar pues me hace libre.

Consciencia expandida: soy la energía Universal, abarco la totalidad, no hay nada fuera de mi consciencia. Existo en cada cosa, todo es conocido. Cuando dejamos nuestros cuerpos físicos, nuestros seres infinitos están todos conectados.

Fluir sintiéndonos alegres, llenos de vida es estar conectados con nuestra magnificencia.

Comprender la verdadera grandeza es liberar juicios, odios, celos y miedo. Todos somos seres amorosos trayendo al mundo nuestra naturaleza única que somos y nuestra belleza interior. No hay lugar a la duda o la competencia.

No hay necesidad de actuar o de usar máscaras, ya somos lo suficientemente buenos. Solo ser auténticos y mostrar lo que somos amorosamente.

Si cada persona se hace consciente de su magnificencia, el mundo manifestado reflejaría este estado, ya no estaríamos dirigidos por el miedo. Las personas serían menos competitivas, habría mayor tolerancia, menos crímenes. Mejorarían nuestros sistemas inmunológicos como resultado de menor estrés y miedo.

El mantener este estado, me energiza. Fluyendo con la energía universal, en lugar de resistirla. Elevada por el SER quien soy en lugar de extenuada por el HACER –con la mente enfocada a futuro, buscando resultados sin contar con el estado emocional presente. Mi vida toma una cualidad ZEN con lo que esté presente: viviendo desde el alma, permitiendonos ser, sin juicios.

El hacer se deriva de seguir nuestras emociones estando en presencia amorosa. Lo que tengo que hacer: sólo ser el amor que soy y ser quién soy. Mi Universo se reorganizará en consecuencia: atraemos sincrónicamente a las personas, libros o sabiduría espiritual correctos en el momento perfecto.
Las emociones son la puerta de entrada al alma, somos seres complejos y tratamos de controlar lo que sentimos. Es miedo o es pasión lo que motiva mis actos? Si lo que hago es dirigido por el entusiasmo, estoy en el SER y si mis actos son resultado del miedo, estoy en el HACER. La mente se dedica más a hacer y el alma a ser. El intelecto es solo una herramienta, el alma solamente desea expresarse a sí misma.

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