Reflexiones libro de Anita Moorjani - Morir para ser yo

Cada paso, una ORACION. Nuestra vida es nuestra oración.

Somos perfectos… completos… ni más ni menos que… no tiene sentido hacer comparaciones.

Ya estamos iluminados, ya somos todo lo que queremos ser.

Todos tenemos un propósito.

Seguir nuestra guía interior para encontrar lo que es para nosotros. Reconocemos el camino correcto cuando nos sentimos en el centro de nuestro amor, sin juzgarnos ni juzgar a otros.

Lo más importante es cómo me siento respecto a mí misma, mientras enfrento un momento difícil.

Se trata de confiar en lugar de culparnos por sentir ansiedad, tristeza o miedo. Se trata de permitirme ser fiel a quien soy.

Entrar al espacio infinito en nuestro interior a través de la oración, la meditación, la música, el arte, la naturaleza, sentir la belleza, cualquier cosa que resalte nuestra pasión, creatividad, propósito de vida. Hacer lo que resuene a nivel personal, buscar la conexión con el Todo. Cualquier cosa positiva que traiga a mi vida, la traigo al Todo.

Cada uno de nosotros es como una hebra de un gran tapiz entretejido, somos parte integral de la imagen final. Influimos en las vidas de los demás simplemente escogiendo ser o no ser nuestro ser verdadero. Estamos conectados a la energía Universal.

Cada uno de nosotros es un regalo para quienes están alrededor, nos ayudamos a ser quienes somos, entre todos, tejemos el mandala perfecto.

Al escuchar nuestra guía interior, mantenemos nuestro poder natural sin cederlo a jefes, profesores o amigos. Nuestros instintos e intuiciones están en el ser infinito: lo que sentimos sin razones lógicas. El ser infinito es nuestra esencia, lo que somos en realidad.

Cuando comprendemos, se abren puertas que nunca se vuelven a cerrar. Todo lo que necesito, ya está en mí y es totalmente accesible, si me abro a lo que siento que es mi verdad.