Trabajo con la sombra


El trabajo con la sombra nos pide:
- dejar de culpar a otros.
- tomar responsabilidad
- movernos lentamente
- profundizar la consciencia
- abrazar contradicciones
- abrir nuestros corazones
- sacrificar nuestros ideales de perfección
- vivir el misterio.


Relacionémonos con la sombra como un misterio, más que como un problema a resolver o como una enfermedad a ser curada. 
Cuando el "Otro" llega, honremos esa parte nuestra como lo haríamos con un invitado. 
Podemos descubrir que llega con regalos. 
Podemos descubrir que el trabajo con la sombra es trabajo con el alma.

¿Cuándo es el momento perfecto para incluir y hacer un trabajo profundo con nuestra sombra?
Alrededor de los 29 años surge uno de los momentos más importantes para confrontarnos: 
¿Qué lugar ocupo? ¿En realidad me gusta lo que realizo cotidianamente? ¿En realidad deseo responder tal y como lo hago a lo que "se espera" de mi? ¿Dónde se encuentra mi libertad?
En este primer gran despertar podemos abrazar nuestra verdad esencial, y poco a poco romper los condicionamientos con que construimos nuestro camino. En ocasiones, un cambio de carrera o trabajo acontece, y con suerte podemos darnos cuenta que requerimos vivir honrando el valor más importante para nuestro corazón: ¿libertad, armonía, belleza, responsabilidad?
Un siguiente despertar deviene alrededor de los 42 años, cuando finalmente, si no hemos hecho los cambios requeridos y no hemos realizado un trabajo interno, la vida nos orilla a hacerlo. "Situaciones límite" les llaman a esas vivencias que acontecen con una energía pujante y transformadora que arrasa con todo lo conocido hasta entonces.
En este despertar urge mirar nuestra sombra, nuestras proyecciones, y elaborar un mapa interno hacia nuestra verdad personal, reconociendo que podemos comenzar un nuevo camino diferente a lo que habíamos elegido en el pasado. y que todo cambio por radical que sea nos llevará a conectar más y más con el corazón, con la mujer sabia y salvaje que tanto necesitamos integrar para ser enteras.
Finalmente, otro gran despertar nos acontece alrededor de los 56 años donde cualquier cambio es bienvenido pero así también el deseo de arroparnos, replegarnos como una hermosa espiral que se abre y cierra desde su autenticidad, desde el cuidado de sí misma, desde saberse poseedora de sabiduría y secretos de vida.
En este despertar emerge una profunda necesidad espiritual de sanar en todos los sentidos, de ir integrando poco a poco los fragmentos de nuestra sombra, de nuestra niña herida, de la doncella no reconocida, de la madre ausente o sobre-protectora. Es aquí cuando podemos mirar a todas las mujeres que hemos sido, y podemos darnos el permiso de ser cada una de ellas según la situación se presente. Este despertar corresponde al más espiritual de todos, en donde poco a poco nos vamos fundiendo con la gran Unidad del universo.
La Mujer Lunar 
Curso Abrazando a la Mujer Sabia y Salvaje: 

los trece clanes de la Abuela Luna.

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