Demian - Hermann Hesse

''Poco a poco fui siendo iniciado en el secreto de aquellos que llevan ''la señal''.

Para el mundo, nosotros, los marcados con ella, habíamos de pasar por hombres extraños, o incluso locos y hasta peligrosos.

Éramos hombres que habíamos despertado o despertábamos, y nuestra aspiración era llegar a una vigilia aún más perfecta, mientras que la aspiración y la felicidad de los demás estaba en ligar cada vez más estrechamente sus opiniones, sus ideales y sus deberes, su vida y su fortuna, a los del rebaño.

Nosotros, los marcados, no teníamos por qué preocuparnos de la estructura del porvenir. Toda confesión, toda doctrina salvadora, nos parecía muerta e inútil desde un principio. Para nosotros no había más que un deber y un destino: llegar a ser cada uno perfectamente fieles a sí mismos, conformarse tan por entero a la semilla de la naturaleza activa y vivir tan entregados a su voluntad, que el futuro incierto nos encontrase prontos a todo lo que consigo traer pudiese.''

No soy un alguien que sabe. He sido alguien que busca y lo soy aún, pero no busco ya en las enseñanzas, ni en los libros: comienzo a escuchar las enseñanzas que mi sangre murmura en mí. Mi historia no es agradable, no es suave y armoniosa como las historias inventadas; sabe a insensatez y a confusión, a locura y a sueño, como la vida de todos los hombres que no quieren mentirse más a sí mismos.