La gozosa experiencia de la presencia

Uno de los temas que me interesan en este momento y que me inspira profundamente es descubrir el del verdadero sentido de la presencia.
Comencemos por definir qué es presencia, lo encuentro como la "existencia de algo en un lugar o momentos determinados."
Ese algo que quiero explorar soy yo, entonces mi PRESENCIA es mi existencia en un lugar y un momento determinado. Estoy aquí y ahora.
El existir es tener vida, fluir o fundirse con algo externo a nosotros? entonces hay presencia cuando experimentamos en un aquí y en un ahora.
Qué puede haber más allá del aquí y el ahora? Lo que sea, no es vida... nuestros pensamientos, nuestros recuerdos, nuestras ansiedades, nuestras ensoñaciones... en mi caso, descubro una especie de "acelerador" interno que bloquea mi acción momento a momento... entonces, mi pregunta es: cuál es el ancla que podría utilizar para sujetarme al estado de presencia, ese estado de entrega a la vida misma que deseo explorar?
Comprendo que la presencia nos ayuda a sintonizar con nuestros estados interiores, comprender nuestros comportamientos, navegar en los flujos de la existencia, expresar nuestro ser en el ahora... He sentido presencia desde mi centro y en realidad es una experiencia gozosa.
Tener la certeza de que hacemos exactamente lo que vinimos a hacer en la tierra, hace que seamos más cuidadosos y más curiosos en nuestro actuar.
Tener la certeza de que venimos a recorrer un camino puede darnos la confianza para actuar con mayor serenidad...
Cómo ayudamos a nuestro cerebro para que se concentre en el momento, que "procese" únicamente aquello que están percibiendo nuestros sentidos en este instante?
Veo la presencia como una manera de agudizar nuestro espectro sensual, dar y recibir energía, danzar con los flujos que nos envuelven y que nos atraviesan.
Comenzando por nuestra percepción de colores y de formas, juegos de luces y sombras, movimientos, detalles, profundidad... La real observación del otro es integrarlo, hacerlo parte mía en nuestros contactos. La real observación del otro es mirar a través de su mirada y encontrar esa vida que también es parte mía...
Siguiendo por nuestra capacidad de incorporar aromas, frecuentemente a nuestros recuerdos por ejemplo, los olores comunican... sutilidad... fuerza, agresividad... dulzura... evocan sentimientos... algunas veces deseos...
Ahora vamos por los sabores... es otra manera de tener presencia... otra gama infinita para descubrir... para sentir la vida... temperaturas... sabores... consistencias... saborear, gustar... lo dulce, lo ácido, lo picante va más allá dentro del cuerpo, lo seco, lo frutal, lo grasoso... tanto por saborear!!!
Dónde queda lo que escuchamos? reconocemos voces, integramos mensajes, creamos identidades de tonos... entregamos y recibimos sonidos... El uso consciente del lenguaje es una de las más puras manifestaciones del flujo de nuestra presencia.
Ahora, nuestra piel... una caricia nos lleva dentro de nosotros mismos, es decir, nos ayuda a tener conexión profunda con el otro pues el límite no es la piel... siempre va más allá...
Todo nuestro cuerpo es un medio destinado a ser aquí y ahora, a tener presencia... a entregar y a recibir... una turbulencia de sentidos que son el camino hacia nosotros y hacia el otro... Sólo nuestra presencia pone en cuestión a quienes nos rodean?
También la veo como una fuerza que impulsa la expresión real de nuestro ser, al conocimiento profundo de nuestro ser interior.
La eterna viajera no ha logrado entrar en su viaje interior dentro de la quietud externa pues su presencia está dividida en todos sus viajes.

"La conciencia es la presencia de Dios en el hombre."

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