¿Y si la pertenencia es una habilidad? - Toko-pa-Turner

Hay muchas formas de pertenecer.

Verdadera pertenencia: conectar con lo que realmente valoro y confiar en mi ofrenda al mundo.

Trabajo con los sueños es una de las maneras, relaciona de manera recíproca mundos visibles con mundos invisibles…

Trabajo con la sombra de lo femenino… darle voz a los matices de lo femenino, lo que no fue permitido por los condicionamientos, la dualidad… la unión de opuestos…

Confiar en mi instinto… escucharme realmente, compasivamente, sin juicios. Confiar en mi conocimiento interior… 

Respetar e integrar las partes que rechazo… Esto también me pertenece… esa parte de mí que… lo que tal vez no quiero aceptar. Me ayuda a recoger mis proyecciones.

Un latido de opuestos: Oleadas de expansión y contracción en Pertenecer… puedo sostener contradicciones: unión y soledad, pertenencia y exilio.

¿Cuál es mi anhelo sagrado? Ese anhelo es el que me llevará de regreso a Diosa… es un llamado a casa, al origen.

Mis símbolos… cuidando mis altares… creando puentes entre mundos visibles e invisibles… rituales… cantos… oración… sudar mis plegarias… contar historias… embellecer el espacio que me rodea… todo va más allá…

Hacer espacio para mis duelos… mis pequeñas muertes, necesarias para dar espacio a renaceres… respetar el duelo de los demás.

Honrar y trabajar con los ancestros, ¿cómo mi historia hace parte de las flores o de los frutos de mi árbol genealógico?

Honrar el placer, mi cuerpo es instrumento de placer… sensibilizarlo… conectar con la atención – concentración – contemplación – hacia una revelación profunda que surge desde la sensación de placer. Permanecer en degustación de lo placentero.

Cultivar una relación recíproca con la naturaleza, entablar una relación con las plantas que cuido… verme parte de cuando admiro la luna, un atardecer… verme parte de la maravilla del calor del sol, sin mí no podría valorarse esa calidez de energía. Encarnar gratitud.

Compromiso como cáliz contenedor. Heredarme a mí misma, convertirme en el ancestro que anhelo. Prepararme para la que seré mañana.

Entregar lo que más anhelo y aprender a recibir lo que llega.

Llevar un diario, escribir lo que vivo, lo que descubro, lo que siento… ¿es mi vida una vida que vale la pena? Le doy valor al observarla… una vida observada vale la pena.

Formar comunidad, entregar mis dones es la manera de comenzar a formar tejido de aldea… hacer mi ofrenda desde la postura de mostrarme, saber que hago la diferencia desde mis dones. Que encuentren manada en mi ofrenda.

¿Qué puedo hacer con mis manos? Honrar la lentitud, la calma de un proceso de creación… cómo paso a paso se llega a un todo coherente.

¿Cuál es mi relación con mi dolor? Cómo he caminado mis dolores, en indagación, en deseo de transformarlos en sabiduría… han dejado conexión y consciencia corporal.

¿Qué me van diciendo mis emociones más densas? Invitados que dejan mensajes.

Hacer mi trabajo.


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