Seguridad encuerpada - Lorena Cuendias

 Esto es lo que está pasando en mi cuerpo a medida que se siente seguro.

Primera etapa: Agotamiento

Después de toda una vida viviendo en modo supervivencia, cuando hay suficiente seguridad para parar, el cuerpo sólo pide dormir, recuperarse, restaurarse, nutrirse y restablecerse de todo el desgaste de años.

Segunda etapa: Desintoxicación

El cuerpo, comienza a deshacerse de todas las sustancia adrenergicas del sistema, que en este estado de seguridad no necesita: cortisol, dopamina, adrenalina

Tercera etapa: Labilidad emocional y síndrome de abstinencia

Es como dejar una droga. No hay subidón y te encuentras de frente con la realidad. Todo parece insípido. Ya no sabes quién eres, si o eres esa persona que estaba en el pico de la montaña. ¿Quién eres sin hacer? ¿Sin huir? ¿Sin la droga?

Cuarta Etapa: Crisis personal

¿Tiene sentido no? Toca re-estructurar la psique también, tus identidades, ideas preconcebidas, narrativas internas de supervivencia, creencias, mentalidad de carencia…

Quinta Etapa: Reorganización y reestructuración

El resto de sistemas empieza a recuperar su funcionalidad (deseablemente). El sistema digestivo recupera su permeabilidad (deseablemente). El 90% de la Serotonina (hormona de la felicidad) se segrega en el intestino. Si el intestino no funciona, no hay felicidad. Así de sencillo. Y si no hay felicidad, buscamos placer temporal (chutes de dopamina). Comienzas a sentirte más feliz. El chute temporal de dopamina, comienza a ser sustituido por la felicidad duradera de la serotonina.

Sexta Etapa: Un cuerpo nuevo, una identidad nueva

Comienzas a redescubrirte desde un nuevo lugar, la vida es muy diferente desde aquí, hay serenidad y tu cuerpo se siente regenerando y reorganizando.

La vida deja de pasarte por encima y empiezas a impregnarte de ella. A sentirla. A realmente vivirla.

A menos velocidad, procesas más estímulos. Todo vuelve a ser como nuevo otra vez. Las sensaciones, los colores, las texturas, los paisajes… 

Al sentirse seguro, el SN ventral está mucho más disponible para los vínculos, el encuentro, las relaciones. Todo se vuelve más humano. Más cálido. Ya no estás sobreviviendo. Ahora estás viviendo.

Vivir en modo supervivencia tiene un coste muy elevado. Es correr sin saber de qué corres pero sabiendo que no puedes parar. Filtrar cada acontecimiento desde la mirada de trauma: la carencia, la insuficiencia, la negatividad.

Estar en permanente alerta e hiperactivación, embalsamados en cortisol, en deficiencia energética y mal funcionamiento de nuestros sistemas que se traduce en enfermedades autoinmunes, problemas de fertilidad u hormonales, digestivos, permeabilidad intestinal, SIBO, disbiosis...

Tus patrones de supervivencia son la respuesta de tu sistema nervioso a trauma emocional (vincular) no resuelto.

El cuerpo sólo puede procesar trauma si se siente seguro, no en modo supervivencia.

Así se siente salir del modo supervivencia y procesar trauma:

1) Agotamiento: Al parar y entrar en un estado de regulación el cuerpo comienza a regenerarse al fin. Sólo puede dormir, recuperarse, restaurarse, nutrirse.

2) Desintoxicación: comienza a deshacerse de las sustancias adrenérgicas del sistema, que en este estado de seguridad no necesita.

3) Labilidad emocional y síndrome de abstinencia: Como dejar una droga. Imagina que llevaras 40 años metiéndote coca y lo dejas. Ya no hay subidón y te encuentras de frente con la realidad. Todo parece insípido. Es como masticar corcho hasta que tus neuronas disminuyen el umbral de concentración de dopamina que necesitaban.

Resto en el carrusel

He estado ahí. Sé muy bien cómo se siente y cómo salir.

Es lo que estuve buscando toda mi Vida, y que jamás imaginé que encontraría en mi, en mi cuerpo: Seguridad interna.

*

Salir del modo supervivencia no es calma. Es un caos reparador. Lo que creías que era sanación, comienza con desorden y se siente así:

El cortisol cae y tu cuerpo pide cuenta

Cuando las hormonas del estrés como el cortisol y la adrenalina descienden, tu cuerpo se queda sin el combustible de emergencia. Ese agotamiento no es falla, es recuperación. Cada célula necesita tiempo para reconstruirse.

Tu cerebro sigue buscando peligros fantasma

La amígdala y el sistema límbico, acostumbrados a funcionar en alerta, tardan en reajustarse. Aunque el peligro ya no está, tu mente aún intenta protegerte, porque no sabe cómo vivir sin miedo.

Las emociones reprimidas encuentran la salida

Tu sistema nervioso ha almacenado años de tristeza, rabia y miedo en tu cuerpo. Ahora, esas emociones se liberan como si fuera la primera vez que pueden sentirse. No es un retroceso; es un acto de liberación.

El trauma atrapado en tu sistema nervioso empieza a liberarse. La dopamina y la oxitocina intentan abrir espacio para el placer, pero antes llegan olas de tristeza miedo y rabia. Es tu cuerpo procesando lo que nunca pudo antes.

La culpa es un síntoma, no una verdad

A medida que tu sistema simpático se relaja, el vagal ventral aún no se activa del todo. Esto crea un espacio donde priorizarte se siente como egoísmo. No es culpa real, es tu biología ajustándose.

El vacío no es peligro, es recalibración

Sin los altos niveles de adrenalina a los que estabas acostumbrada, la dopamina baja temporalmente. Ese “aburrimiento” que sientes no es la falta de algo, es la oportunidad para crear algo nuevo.

Tu sistema nervioso empieza a confiar

La serotonina se activa lentamente, reforzando la calma interna. Por primera vez, tu cuerpo te dice: “no necesitamos defendernos todo el tiempo”. Aquí es donde empieza la verdadera estabilidad.

Salir de la supervivencia es biología transformada en libertad

No es lineal ni inmediato, pero cada paso es una recalibración hacia una vida plena. Tu cuerpo, tus hormonas y tu sistema nervioso están reconstruyendo lo que siempre mereciste.

Puede que tu mente te diga que estás bien, pero si aún sientes cansancio crónico, dificultad para confiar o esa constante sensación de alerta, tu cuerpo sigue atrapado en el modo supervivencia.

Este proceso no se trata de "pensar diferente", se trata de transformar desde la raíz. Desde el sistema operativo: tu sistema nervioso. Desde lo que tu cuerpo recuerda y cómo se regula. Es incómodo, es profundo, y es el único camino hacia la verdadera libertad.

Salir del modo supervivencia es un proceso incómodo, pero necesario. Es aprender a habitar un cuerpo que ya no está en guerra consigo mismo, a confiar en un sistema que antes solo buscaba sobrevivir. Esto no es lineal, no es rápido, y tampoco es mágico. Es biología, es somática, y es un camino hacia la libertad interna.

Si sientes que tu cuerpo aún está atrapado en viejos patrones de defensa, que te cuesta conectar con tu esencia más allá del caos, o que quieres experimentar lo que significa realmente estar en tu cuerpo…

Te invito a Tierra Sagrada

Un espacio profundo y transformador donde trabajaremos con tu sistema nervioso, tus memorias corporales y tu potencial para salir del modo supervivencia y habitarte plenamente.

Tu cuerpo y tu historia están listas para reescribirse.


Commentaires

Articles les plus consultés