Mujer Sabia: La que guarda la vida y la muerte

La menopausia, la retirada de los ciclos, es el tiempo de la mujer que cuenta con el favor de la luna, la cual despierta en ella la “memoria del mundo”, es el tiempo del despertar de los poderes antiguos de Sacerdotisa y Bruja, solo la ignorancia produce temor a entrar en esa etapa, por ello las mujeres que confían en el misterio y que se reconocen “sabias”, entran en ella y saben que han traspasado un velo que les muestra la visión del “otro lado”, el mundo personal se amplia para ver que, además de la presencia individual de cada mujer, hay una experiencia infinita de la vida que solo se mostrará ante los ojos de la mujer que se atreve a “ver lo que hay que ver”...
La Sabiduría es el don que trae, la entrada en esta tercera parte de la vida, cuando la juventud de la doncella y la dedicación de la madre y su amor personal por las personas y por las cosas se transforma en Amor que todo lo abraza y engloba. Sin embargo no siempre es fácil entrar en esta etapa pues los sentimientos de fracaso, los hábitos de la mente que enjuicia y culpa, pueden impedir a la mujer el retorno a la cámara de la Sabiduría... el pasado no resuelto ni abrazado, impide a la Mujer Sabia entrar en el Gran Pasado, donde toda la sabiduría de los ciclos está escrita, donde los secretos de la vida y la muerte está abiertos para “la que quiera guardar los misterios”, porque ahora es “su tiempo”...
Cuando las mujeres llegamos a esta etapa, tenemos la posibilidad de florecer o de marchitarnos, el aprendizaje que llevamos sellado es el de “marchitarnos”... pocas religiones o caminos espirituales han dicho a las mujeres durante milenios que pueden florecer... solo el linaje sagrado de las Sacerdotisas y Brujas ha honrado a la mujer como Sabia del tiempo y ha respetado este florecimiento en el mundo Interno...
Por ello las mujeres siguen buscando la eterna juventud en el exterior, eternas doncellas de cuerpos florecientes, eternas primaveras, eternas madres cuidadoras que no dejan madurar a sus seres queridos... la falta de conexión con el linaje de la Feminidad Antigua les hace olvidar el gran misterio: ¡en la tercera etapa de la vida “el florecimiento está dentro”!.... caminado hacia adentro la mujer Sabia se da cuenta de las infinitas capacidades que hay en si misma y que le quedan por descubrir, todo lo que no ha reído, todo lo que no ha gozado, todo lo que no ha llorado, toda la fuerza interior que no ha expresado, ahora se actualizan dentro de ella para ser vividas desde esta fuente de sabiduría que es ella misma, y además esta fuente de sabiduría brota de la Gran Fuente de todas las mujeres y de la Anciana del tiempo....
La mujer que florece por dentro recoge a la Sabiduría Interna para mostrarla al mundo externo... esa es su “misión sagrada”... por ello se dice “que las brujas no se callan”, dicen verdades como puños, a veces pueden parecer duras para la mente patriarcal, sin embargo son absolutamente amorosas con la vida  aunque tengan que “segar” algunas partes que no siempre parecen justas... si una mujer ha entrado a la sabiduría de verdad,... esto querrá decir que ha sacrificado su ego ignorante y patriarcal y que sus palabras y sus actos no estarán regidos por el engrandecimiento personal sino por el servicio al misterio de la vida “que quita y que da”...
¿Cuantas mujeres del tercer ciclo vital están despiertas a esta verdad de su naturaleza profunda?... desgraciadamente muy pocas y esto ocurre porque las leyes de la vida y de los ciclos son infalibles y cuando las mujeres envejecemos, la Sabia nos da el poder Interno, la belleza y la luz internas, pero nos quita el poder en el que nos hemos apoyado para sobrevivir en el mundo patriarcal, el ego que busca la belleza externa, el ego que busca la valoración externa es el que sufre, se enfada, se hunde, y si no nos agarramos bien a la fuerza de dentro... nos hundimos con él...
La mayoría de las mujeres pierden su fuerza cuando les llega la “hora sabia”... en vez de estar más fuertes se hacen más dependientes, en vez de abrirse al misterio ¡le tienen miedo!, solo ven el final cuando lo que existe es un principio... sin embargo, no nos engañemos pues la Gran Madre Anciana, nunca abandona a sus mujeres y a veces por medio de alguna circunstancia externa o interna, la Anciana hace despertar todos los resortes y la mujer resurge con toda su fuerza para recordar a los que la rodean que “ella ES ELLA”, a veces en momentos difíciles una mujer mayor tiene la inmensa capacidad para estar presente con toda su fuerza vital incluso en situaciones en las que el más fuerte de los hombres no se atreve a enfrentar...
¿cuántas mujeres hemos conocido así?....¡muchas!...
Todo esto quiere decir QUE LAS SABIAS (sacerdotisas y brujas) ESTÁN VIVAS, aunque casi nunca conscientes... por ello las mujeres de la Diosa que estamos entrando en la menopausia o ya hemos entrado o todavía nos quedan unos años para entrar, hemos de prepararnos para hacer consciente el regalo que las vida nos da... con valentía nos acercamos a la Sabiduría y ello implica conservar la vida aunque para ello haya que destruir cosas...
Si nos atrevemos a “ver lo que hay que ver”, “ hacer lo que hay que hacer”, “callar lo que hay que callar” y “hablar lo que hay que hablar”; entonces la Gran Madre Cuervo con sus alas de oscuridad brillante nos guiará para que podamos GUARDAR LA VIDA Y LA MUERTE...
La menopausia,... más adelante la vejez,.... más adelante el rostro del Misterio, son la oportunidad que tenemos las mujeres para ser transformadas por la vida...
Mujer, si estás sofocada, irritada, confundida, porque entras en tu tiempo sagrado, déjate quemar por los sofocos, que ese fuego acabe con tu ego de rígidos limites, y entra en la cámara de la Sabia desnuda y sin deseos... entonces comprobarás que “en el final está el comienzo” que no llegas ante algo que se acaba , sino que comienzas una larga vida sabia... ese es el tercer misterio de la Diosa Triple, y ese es el que tu ahora aprendes y el que tu ahora has de enseñar....

AWEN MUJERES DE SABIDURÍA....vuestra es la VERDAD, LA BELLEZA Y EL AMOR DE LA VIDA !!!...

Fuente: El camino de la Diosa

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