Ejercicio Sistémico: Las personas que no cambian - Brigitte Champetier de Ribes

No tenemos permiso para avanzar si no respetamos a las personas que no cambian, si deseamos e insistimos en que cambien.

Cuando uno no cambia es por su fidelidad al pasado. No puede cambiar.

Siempre es por amor. Aunque sea amor arcaico.

Cada uno es como tiene que ser, exactamente como tiene que ser.

Yo no soy quien para decidir como tienen que ser los demás. Curiosamente tienen que ser como yo o como yo los necesito…

Este ejercicio es de una eficacia muy profunda. Lo podemos realizar con toda persona que nos gustaría que fuese distinta: nuestra pareja, nuestra madre, el vecino, el jefe, los que políticamente son mi opuesto…

Para dos personas. Si estás solo, te pondrás alternativamente en cada papel.

Alguien representa al que no puede cambiar. Y tú te pones enfrente.

Aceptas al que no puede cambiar tal como es, renuncias a tus deseos de cambiarle.

Tomas conciencia de que es como tiene que ser. No puede ser de otra manera. Y es querido y pensado así por algo más grande.

Estás frente a él o ella, hasta que lo puedas honrar profundamente, y le puedas decir "gracias por ser como eres".


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