La Soberanía Interior

La soberanía interior sólo puede ser vibrada al hacernos totalmente cargo de nuestra cuota de responsabilidad en las situaciones vividas.
Implica la humildad de mirar hacia atrás y tener el coraje de aceptar la verdad que se nos muestra y pedir perdón. Y perdonarnos.
Perdonarnos por haber sostenido durezas, creencias, actitudes y reacciones que sólo nos enfriaban más el corazón. Alejándonos de lo divino.
Ser creador divino implica ser soberano con la verdad. Con la vida. Madurar es hablar honestamente.
Durante este pasaje del portal de Leo se nos invita a anclar la frecuencia del Rey/Reina. Pero para eso hay que estar a la altura del alma. De la vida.
Y lo que da altura es besar el suelo. La tierra. La vida. Arrodillarse y honrar. La humildad de sabernos humanos y recordar que esta experiencia humana tiene un sólo fin: amar.
La soberanía es ser responsables de tus pensamientos, palabras y actos. Solo un ser humano vulnerable, reconciliado con la Madre creadora pulsa vida. Ser responsables de las consecuencias de tus actos da genuina conciencia y con el tiempo, sabiduría.
Seamos dignos hijos de la Tierra. La piedra no tiene la culpa de que no mires por donde caminas.
Ana Ottone/ House of Alchemy